lunes, 21 de octubre de 2013

Presentación / Lanzamiento de "Los poetas grises" de Fernando Vargas

"Hacer germinar la novela"

           Hacer germinar la novela, hacer germinar al poema dentro de la novela, hacer germinar al poeta dentro del poema dentro de la novela. Fernando Vargas, amante de la poesía hace germinar su novela vernácula dentro de lo que hoy se llamaría la tradición maldita pero sumamente cercana. Lo testimonial y sus libros de cabecera se mixturan para crear una amalgama impenitente de sobrada vocación díscola. De partida el título nos conmueve Los poetas grises. Por qué grises, aluden a la polución, a los extraterrestres, al cemento, al coito gris. Pues, podemos concluir alude a todo y más. Reconocemos una influencia de Roberto Bolaño, pero eso es decir poco, porque también reconocemos al Marqués Sade, a Charles Baudelaite, Jean Arthur Rimbaud, Virgilio, Catulo, Dylan Thomas, Antonin Artaud y un permanente diálogo con los grandes monumentos de la tradición literaria occidental, llegando a Henry Miller y al mismísimo Charles Bukowski.
La novela puede leer desde cada una de sus partes, como un verdadero mosaico de voces y temas. Un lector diligente y contemporáneo no tendría prejuicios al leerla o releerla desde cada una de sus partes. Una de ellas reproduce el todo. Pero el todo se legitima asumiendo su atomización de manera azarosa.
La historia sigue a un grupo de amigos, de ellos mismos, en sus vehementes y bizarras hazañas en torno a la poesía, el vino, el sexo y otras circunstancias completando el imaginario, completando el psiquismo del mundillo literario de la ciudad de Los Arenales.

Muchos capítulos nacen desde la más descarnada cotidianidad, hasta la más enrevesada y compleja ficción. Por lo que bien podemos argumentar no plenamente ficción, no es plenamente realidad. Por aquí por allá se alcanzan a dibujar algunos conocidos personajes, que no siempre son los mismos de la realidad sino su reflejo idealizado o deformado según le plazca a la voluntad de esta multitud de narradores. Podríamos hablar de sus narradores, o mejor llamarles hablantes, vociferantes, que disparan desde sus cráneos grises sus imprecaciones y desafíos a los conformes. Porque sí hay que decirlo, los poetas grises, a pesar de sus placeres, no están conformes, quieren más, lo quieren todo, la poesía, las mujeres, el vino, la fama, el vicio….
Curioso destino el de poetas y narradores, recordemos que los primeros se transforman súbitamente en los segundos y viceversa. La mejor novela, debe estar cercana a la poesía. El narrador puede transformarse en hablante lírico, de hecho lo hace. Recordemos en Fanfarlo de Baudelaire. Pero también el poeta muchas veces debe renunciar a la poesía, como lo hizo Bolaño, para concentrarse en la narrativa con diversos resultados. Fernando Vargas parece transitar la ruta opuesta, un narrador que escribe como poeta, es notorio el incisivo retorno del verso y el poema a lo largo de la novela.
Las disquisiciones, las transformaciones dobles, triples identidades, disfraces, paráfrasis, intertextos, sátiras, caricaturas abundan apoyados en un florido lenguaje coloquial y coprolálico, que gozan de estupenda salud y vértigo que los hace creíbles. Habrá que ver si el canon permite que este hijo de provincia pueda otorgársele el bizarro epíteto de vanguardista o neovanguardista guardado solamente a ciertas élites de las megacapitales y regularmente escamoteado a los habitantes de la periferia.
De cualquier modo esta novela parece destinada a convertirse en uno de los hitos narrativos no solo de la narrativa del norte chileno sino que enriquecer el panorama de la narrativa nacional e hispanoamericana.


Shakti Kundalini



"Los poetas grises" de Fernando Vargas es un libro de 254 páginas, tamaño 14x21,7, tapa blanda, solapa, cantos y frente coloreados, incluye señalera; su valor es de $8.000.
 
¿Desea adquirir un ejemplar?: por favor, escriba un comentario solicitándolo o envíe un mail a scheleimayer@gmail.com, el autor responderá oportunamente.


miércoles, 9 de octubre de 2013

Bienvenidos a Me pego un tiro

Muy buen día muchachos curiosos y señoritas interesadas:
 Estás leyendo la primera entrada en el blog. Mi nombre es Pía Ahumada, te cuento que soy la “cabeza” y única responsable de este taller de encuadernación y reparación de libros; me siento muy orgullosa, feliz y emocionada.
Pienso que llevar a cabo el proceso de autoedición es importante, valioso, lleva consigo mérito; no por ser una edición “hecha en casa” será de mala calidad o rozará en lo rústico, un taller de encuadernación le permite al autor publicar a bajo costo y personalizar el libro a su gusto, sin sufrir la presión de tener que vender para poder cubrir los gastos.  Muchas de las personas que escriben en La Serena, no tienen recursos para pagar una publicación en una editorial o una imprenta.No conozco editoriales que lleven mucho tiempo funcionando en la ciudad, tampoco creo que cualquiera puede llegar a publicar en ellas. A las imprentas sólo les interesa el pago del trabajo, no se encargan de la difusión o de los detalles importantes que hacen a tu libro único. Ambas no se comprometen con el autor, muchas veces debe existir amistad de por medio o mucho dinero. Te preguntarás por qué opté por un taller y no una editorial o una imprenta; “Me pego un tiro” está a medio camino entre ambas, ideé este taller para no enfrascarme con el trabajo del manejo de una editorial y por el gusto que tengo por la encuadernación (¡más si se trata de obras que, creo, merecen publicación!)
            Quiero presentarte también el primer trabajo a mi cargo, la novela “Los poetas grises” de Fernando Vargas. Te cuento de qué va esto: hace algunos meses me insinuaron que necesitaban mi colaboración para encuadernar una novela, en ese entonces la novela no estaba terminada, sin embargo, decidí tomar esta responsabilidad en mis manos porque conozco bien el texto, he presenciado –desde sus inicios el proceso, sé en dónde se han publicado los fragmentos, sé el esfuerzo que el autor ha puesto, sé el tiempo que ha invertido y reconozco que es una buena novela. Cuando decidí encuadernar los ejemplares tampoco existía “Me pego un tiro” como un taller de encuadernación y reparación de libros (hace tiempo, en los plaquettes que publiqué, se leía en la contratapa “Ediciones Me pego un tiro”). Llevo más de tres años encuadernando y reparando libros en casa. Cuando fui editora de Revista Literaria Escarnio, colaboré encuadernando los números especiales de la revista;  sin embargo, estos trabajos nunca se hicieron bajo el nombre del taller. Quise tener mi taller porque es algo que me gusta y a lo que deseaba dedicar tiempo, decidí hacerlo ahora porque no soy parte del equipo editorial de ningura revista literaria, pude tomar esto con mis propias manos y lo haré funcionar, por mí y para mí.
Quiero agradecerte por visitar el blog “Me pego un tiro”, por interesarte en mi taller y leer esta primera entrada.